jueves, 19 de mayo de 2011

"GENERACIÓN LINIMENTO SLOAN EN FÚTBOL"


* Etapa de nuestras vidas con pocos medios materiales, desconocíamos como aumentar el rendimiento salvo correr detrás del balón, como unos descosidos y, sustancialmente, aprendíamos a jugar al fútbol de una manera muy singular. Eso sí, disfrutábamos jugando al fútbol.
 
* Sloan, el hombre del bigote, nos aportaba una mezcla aceitosa con la que tratábamos de aliviar nuestros dolores, golpes, etc. Aquel linimento, pócima milagrosa, parecía que retrasaba o eliminaba las dolorosas agujetas que aparecían en nuestras anudadas piernas, consecuencia de un entrenamiento poco evolucionado.
 
* Tiempos aquellos que aprendíamos a jugar en el patio del colegio... No me explico aún cómo aquellos curitas podían rematar los balones de cabeza y la velocidad de vértigo con la que descabalgaban sus gafas, primero de una oreja, luego de la otra, y acudían al impacto con el blaón sin cerrar los ojos... ¡Qué maestría!
 
* Nuestra emoción por el fútbol regía la mayoría de nuestros actos, probablemente ya disponíamos de una inteligencia natural para el juego... Nos divertíamos practicando y construíamos lazos reforzadores: la amistad, la competencia, el manejo en espacios reducidos, la superación de las dificultades para dominar más de un móvil balón y en muy poco espacio, el reconocimiento, la motivación de superar al contrario por un incentivo con un valor simbólico...
 
* Aquella "Generación linimento de Sloan" tuvo su encanto, todavía perdura en nuestras memorias. El balón nos daba amigos y nunca nos los quitaba. Sloan tenía un perfume especial y salir a la calle oliendo a linimento te daba un plus ante las amistades femeninas, añadiendo otros alicientes a nuestro viaje por el disfrute del fútbol.
 
* Aquella fragancia del "linimento de Sloan" todavía perdura en nuestras meninges, sus olores, su espíritu, me cuesta abandonar lo bueno de aquella cultura, de aquellos comportamientos positivos... ¡Que sea por mucho tiempo...!

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