* En "Bajo presión", su autor Carl Honoré escribe muchas ideas de cómo educar a nuestros hijos en un mundo hiperexigente: "Si las cosas pudieran provenir de la nada, el tiempo no sería esencial para su crecimiento, para su maduración hasta la plena madurez. Los bebés serían jóvenes en un abrir y cerrar de ojos, y bosques completos brotarían de la tierra. ¡Ridículo! Sabemos que todas las cosas crecen, poco a poco, tal como debe ser, a partir de su naturaleza esencial...".
* "Partiendo de creencias al uso de que cuantos más estímulos reciba su bebé, y cuanto más temprano, más inteligente será. Y si no se saca el máximo de este desarrollo neuronal temprano, la ventana de las oportunidades se cerrarán de golpe a los tres años y ya puede decir adiós a la Universidad".
* Se ha demostrado que los mamíferos que juegan más, como los delfines y los chimpancés, tienen los cerebros más grandes. John Byers, experto en juegos de la Universidad de Idazo dice: "Los escáneres muestran además que el cerebro humano se enciende con mucha más intensidad y extensión que lo que se esperaba durante los juegos... Un niño tiene que jugar a su manera sin que su mamá se entrometa constantemente".
* Robin Scharma cuenta en su libro "El líder que no tenía cargo" una anécdota: "Una oruga salía del capullo. Tenía problemas y no hacía ningún progreso, de manera que la persona que veía esta acción quiso ayudar y cortó el capullo con una navaja. Pero, en lugar de salir transformada en una bonita mariposa, la oruga murió al momento..."
* "Aquella persona, posteriormente, aprendió que la oruga necesitaba la experiencia de la lucha por salir del capullo para convertirse en mariposa. Al haber impedido esa lucha, se le negó a la oruga la posibilidad de volar".
* Esa enseñanza es buena para todos los que propugnamos acciones con la cantera. Cantera sí, siempre, pero con graduación; sin prisas y con pausas, es la manera de avanzar con seguridad en esta difícil labor.
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