viernes, 31 de diciembre de 2010

EL FÚTBOL QUE APRENDÍ EN MI NIÑEZ...

* Las individualidades añadían valor sin las rémoras de un jefe inadecuado. Casi conseguíamos la ciencia ficción de un equipo de fútbol, es decir, no pasar por el culto al individualismo. Y eso que, por entonces, no leíamos a Tom Peters: "Si queréis que algo funcione no lo digáis al Director". Por lo que la autogestión era un hecho.

* Aunque físicamente ya no puedo jugar partidos, me niego a renunciar a mis sueños de futbolista. Y hago caso a Augusto Cury cuando escribe: "Sin sueños, las pérdidas se tornan insoportables, las piedras del camino se convierten en montañas, los fracasos se transforman en golpes fatales. Pero si tienes grandes sueños... tus errores producirán crecimiento, tus desafíos producirán oportunidades, tus miedos producirán coraje. Por eso, mi ardiente deseo es que nunca renuncies a tus sueños".

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