lunes, 25 de julio de 2011

"CREO..."


* Creo… en un fútbol aguerrido, manifestación políticamente incorrecta ahora que todo el mundo ha subido el toque a los altares. Sin reparar que el toque por el toque no es apropiado para un fútbol bien jugado, que el toque es un medio y no un fin, que si no hay desmarques el toque no vale para nada salvo para defender, que si cuando aparecen los espacios el desmarque no llega y se sigue con la posesión, sin el último pase, el fútbol es como una noria sin cangilones, sin agua, sin cosecha...
* Creo… en lo que señala Menottí en“Fútbol sin trampa”, un libro impagable: “El fútbol le exige al chico ingenio, picardía, las mismas dotes que debe utilizar para sobrevivir en la calle…Y en una sociedad como la nuestra, donde las clases trabajadoras viven presionadas, sin la alegría de vivir para algo más que un plato de comida, el fútbol se convierte en el medio idóneo para experimentar algo tan importante como es el orgullo”.
* Creo…también en un fútbol con jugadores técnicos que se asocian para combinar y para defender zonas de ataque del equipo contrario. Que buscan el gol en la portería contraria y lo defienden en la propia, que no llevan la contabilidad de cuántos atacan y cuáles defienden. Un fútbol de excesivo cálculo transmite poco sentimiento.*
* Creo… en las reflexiones clarividentes de Hugo Tassara Olivares, en su “Realidad y fantasía del fútbol total”,: “A qué tanto misterio… desde que el fútbol empezó a gestarse y organizarse en las universidades inglesas a fines del siglo pasado (Siglo XIX, añado yo), atacar, rematar y conseguir goles ha sido también la máxima finalidad. ¿Tan poco ha evolucionado el fútbol, que entre casi cien años los tortuosos caminos recorridos, los objetivos sean los mismos? A simple vista sí”.

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